martes, 29 de noviembre de 2011

Todo Príncipe tiene una Princesa, escondida.

El joven Caballero.

Mientras realizaba
Sus trotes diarios.

La marabunta de gente...
Apareció de la nada
Todos como locos
Buscando la misma solución.

Interrumpió sus ocupaciones,
Se giró, y vio...

Una lluvia de oro puro en forma de olas
Cayendo sobre su mediana figura,
Resaltando el marco rectangular y negro
Con fondo marrón oscuro.

Bajó un ápice de espacio su mirada... y...
Cómo un pincel, sus cabellos dorados,
casi blancos, no dejaban notar
el contorno de sus mejillas blancas
con un tono sonrosado, que a la vez
enmarcaban en un cielo hermoso
sus labios pintados de un rosa claro
y muy dulzón de forma tallada en suave piedra.

Su nariz era como un puente desde la Tierra
hacia el altísimo y perseguido paraíso...
Haciendo pensar... no, soñar al caballero
Con tenerla frente a él toda la eternidad.

Su figura... decorada por varios mantos de colores
Repetidos el gris, el azul y el negro.
Un bufanda rodeaba y protegía su fino cuello.
Lunares plateados rodeaban su divina figura.

"¿Te ha pasado lo mismo que ha todos?"
-Preguntó el Ser.
"Sí, lo mismo"-Respondió con una fina voz.
Para esfumarse después.

Y solo aparecer en sus sueños, en los de él.

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